El plástico, ¡del océano a la atmósfera!

El océano no es sólo una desembocadura para los residuos plásticos. También se ha convertido en un importante emisor de partículas de plástico en la atmósfera. Así lo demuestran los estudios científicos sobre el fenómeno poco conocido de la aerosolización de plástico, que contribuye a la contaminación atmosférica.

Una vez vertidos en la naturaleza, los residuos viajan con el viento, la lluvia, los ríos y arroyos, y a menudo acaban en los mares y océanos, más o menos degradados.

Algunos son arrastrados por los ríos y las corrientes oceánicas, otros quedan enterrados en el suelo, donde se mezclan gradualmente con las aguas subterráneas. Los residuos también pueden ser transportados por el viento. Todos estos residuos forman parte de lo que se conoce como «ciclo del agua». El agua sufre cambios de estado (sólido, líquido o gaseoso) al circular entre la tierra, el mar y la atmósfera, y alimenta así diversos grandes depósitos como las nubes, los glaciares y los océanos.

El océano contiene alrededor del 96,5% del agua de nuestro planeta en cualquier estado. Se calcula que cada año se vierten en el océano entre 9 y 14 millones de toneladas de residuos plásticos (Informe PNUMA del 2021). Como consecuencia de la acumulación de estos residuos, el océano se ha convertido en una fuente importante de emisiones de plástico.

Sabemos que las grandes corrientes oceánicas y las mareas transportan los residuos hasta las playas, pero conocemos menos el efecto de las interacciones entre el viento, las corrientes y las olas, que llevan partículas diminutas llamadas microplásticos desde una profundidad de hasta 200 metros hasta la superficie del agua y luego a la atmósfera.

Así, las corrientes arrastran los residuos y los descomponen en microplásticos, hasta hacerlos aún más pequeños. Estos se denominan nanoplásticos.

La columna de agua, un elevador de residuos

Algunos residuos plásticos flotan en la superficie, pero la mayoría quedan suspendidos en la columna de agua (la zona entre la superficie y el fondo del océano) en forma de microplásticos y nanoplásticos. Luego se desplazan con las corrientes. Algunas partículas se hunden en el fondo del océano, mientras que otras son ingeridas por organismos marinos y transportadas a través de la cadena alimentaria. Por último, hay otro fenómeno del que sabemos aún menos: el ascenso del plástico a la superficie y su liberación a la atmósfera.

¿Qué implica esto en la práctica?

La rotación de la Tierra unida a la fuerza del viento da lugar a dos tipos de corrientes (Ekman y Langmuir) que, juntas, son capaces de arrastrar microplásticos y nanoplásticos suspendidos en la columna de agua. En la superficie, la acción de las olas crea burbujas en las que quedan atrapadas estas partículas de plástico. Cuando estas burbujas entran en contacto con el aire, estallan y liberan en la atmósfera agua, sal marina, bacterias, virus, microalgas y contaminantes como partículas de plástico. Se trata de la aerosolización del plástico de los océanos. (Allen y al. 2020). En otras palabras, es el proceso por el cual el plástico se transforma en partículas lo suficientemente pequeñas y ligeras como para ser transportadas por un gas.

Este fenómeno de aerosolización del plástico, aunque poco conocido, es una fuente importante de contaminación atmosférica…

Un impacto negativo considerable para el medio ambiente y la salud

Una vez en la atmósfera, las partículas de plástico son transportadas por el viento a grandes distancias, del mismo modo que el polvo, la arena o la sal marina. La investigación en este ámbito aún está en sus inicios, pero ya se sabe que los microplásticos están presentes y son transportados en la troposfera, como demuestra un estudio realizado en el Pic du Midi a 2 877 metros de altitud (Allen y al. 2021). También se estima que el 31% de los microplásticos atmosféricos son microplásticos primarios, es decir, partículas de plástico liberadas directamente en la atmósfera.

Esta aerosolización del plástico en los océanos es un fenómeno preocupante, ya que tiene consecuencias para la calidad del aire y la salud humana. Las partículas de plástico contienen aditivos tóxicos que, liberados en el aire, pueden provocar problemas respiratorios, inflamaciones y enfermedades pulmonares. Estas partículas también se depositan en el suelo, las plantas y el agua dulce, afectando a los ecosistemas y a la biodiversidad.

En la actualidad, el plástico está presente en todo el ciclo del agua, en todas sus formas, desde las aguas subterráneas hasta las profundidades oceánicas, desde las nubes hasta las cimas de las montañas. Por tanto, es crucial comprender mejor los mecanismos de distribución de los microplásticos y nanoplásticos a través de la columna de agua oceánica y sus repercusiones en la calidad del aire y la salud humana.

También es imperativo recoger estos residuos plásticos lo más cerca posible de las zonas de vertido, cuando aún son macrodesechos flotantes y concentrados, antes de que se descompongan, se hundan y deriven. Antes de que sean irrecuperables.

Bibliografía :

Liu y al. 2020. Elucidating the vertical transport of microplastics in the water column : A review of sampling methodologies and distributions

Allen, S. 2019. Atmospheric-transport-and-deposition-of-microplastics-in-a-remotemountain-catchment

Allen y al. 2020. Examination of the ocean as a source for atmospheric microplastics

Allen,S y al. 2021. Evidence of free tropospheric and long range transport of microplastic at Pic du Midi Observatory

G. C. Cornwell, y al., Ejection of dust from the ocean as a potential source of marine ice nucleating particles. J. Geophys. Res. Atmos. 125, e2020JD033073 (2020).

https://www.nature.com/articles/s43017-022-00292-x https://www.theguardian.com/us-news/2019/dec/31/ocean-plastic-we-cant-see
https://www.science.org/content/article/ninety-nine-percent-oceans-plastic-missing
https://www.science.org/doi/10.1126/science.abc4428